La difusión neta de una molécula o ion a través de una
membrana siempre ocurre en la dirección de su concentración
más baja.
Dado que la membrana plasmática (celular) consta principalmente
de una doble capa de fosfolípidos, las moléculas que son
no polares y, así, liposolubles, pueden pasar con facilidad de un
lado de la membrana al otro. En otras palabras, la membrana
plasmática no presenta una barrera para la difusión de moléculas
no polares como el gas oxígeno (O2) u hormonas esteroideas.
Las moléculas pequeñas que tienen enlaces covalentes polares,
pero que no tienen carga, como el CO2 (así como el etanol y la
urea), también son capaces de penetrar en la bicapa de fosfolípidos.
Así, la difusión neta de estas moléculas puede ocurrir
con facilidad entre los compartimientos intracelular y extracelular
cuando hay gradientes de concentración.
Las moléculas polares de mayor tamaño, como la glucosa,
no pueden pasar a través de la doble capa de moléculas de fosfolípidos
y, así, requieren proteínas transportadoras especiales en la
membrana para su transporte.
-Guyton, Arthur (2011). Tratado de Fisiología Médica. España: Elsevier Saunders
-Ira Fox, Stuart (2011). Fisiología Humana. McGraw Hill Interamericana
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