Los mecanismos reguladores del cuerpo pueden entenderse
en términos de una función compartida única: mantener
constancia del ambiente interno. Un estado de
constancia relativa del ambiente interno se conoce como
homeostasis, y se mantiene mediante asas de retroacción
negativa.
Para que se mantenga la constancia interna, los cambios en
el cuerpo deben estimular sensores que pueden enviar información
hacia un centro integrador, lo cual permite que dicho centro
detecte cambios respecto a un punto de ajuste.
-Guyton, Arthur (2011). Tratado de Fisiología Médica. España: Elsevier Saunders
-Ira Fox, Stuart (2011). Fisiología Humana. McGraw Hill Interamericana